El estudio exhaustivo de las condiciones físicas de un deportista no es un lujo reservado solo para deportistas de élite. Además de proporcionar información para asegurarnos de que estamos en las condiciones adecuadas para realizar actividades de gimnasio, en algunos casos nos pueden detectar anomalías desconocidas que pueden resultar graves al practicar ciertas actividades.
Cada vez más personas optan por un programa de entrenamiento personalizado para cubrir sus necesidades de la manera más eficaz. Es decir: rentabilizar el ejercicio. Para poder ofrecer un buen entrenamiento personalizado es de vital importancia conocer exhaustivamente nuestro estado de salud.
Tipos de reconocimientos
La variedad de reconocimientos médicos es infinita. Los hay desde los más complejos y exhaustivos con numerosas y costosas pruebas médicas, hasta una valoración más básica; reconocimientos generales o estudios centrados en determinadas partes del cuerpo, estudios de días de duración, de horas o incluso minutos.
Si bien es aconsejable que esta valoración sea llevada a cabo por un profesional de la medicina, gracias a la tecnología hoy se dispone de equipos que realizan completos test y aportan una valiosa información.
Un reconocimiento médico es deseable como norma general, pero esta valoración es fundamental cuando el deportista ha sufrido anteriormente alguna lesión y en ocasiones se detectan anomalías que pueden contraindicar determinados ejercicios a riesgo de ser fatales.
Valoraciones
Al inicio de una exploración (sea lo profunda que sea) es necesario hacer una ficha personal con datos como edad, antecedentes médicos, historial familiar, factores de riesgo (hipertensión, diabetes, obesidad, sedentarismo, alcohol, tabaco, etc.). Esto proporciona una visión de su estado de salud a lo largo de su vida. La exploración general (datos como peso, talla, presión sanguínea, pulso, etc.) descarta cualquier anomalía no relacionada con su experiencia deportiva.
Si el paciente se ha realizado recientemente análisis se puede solicitar una copia de los resultados o recomendarle hacerse una extracción de sangre (análisis bioquímico, hematológico y de coagulación), un análisis de orina y un perfil hormonal. Con ello obtendremos una fotografía de su estado basal funcional, parámetro que ayuda a determinar sus consumos de energía.
Reviste especial interés el examen cardiorespiratorio, ya que son los sistemas que revisten mayor riesgo para la vida de una persona durante la práctica deportiva. Este estudio puede ser enormemente exhaustivo. El abanico de pruebas va desde un simple electrocardiograma hasta la radiografía de tórax, ecocardiograma, espirometrías, etc.
Obviamente un gran protagonismo lo tiene el aparato locomotor. El buen estado de la estructura ósea, tendones, músculos y articulaciones no solo es deseable por cuestiones de salud; permite al individuo disfrutar más de su actividad deportiva.
Las pruebas que determinan el estado de este aparato son radiografías, resonancias magnéticas, ecografías, densitometrías, e incluso la tomografía axial computerizada (TAC). Además de análisis de la resistencia-fortaleza y debilidades del sistema osteo-articular.
Utilidad
De las conclusiones de este estudio y siempre teniendo presente los objetivos de la persona, se puede elaborar el programa de entrenamiento más adecuado a sus necesidades y condición física.