Reducir el abdomen es uno de los objetivos que millones de personas, no solo en España, sino en el mundo, tienen pendiente. Esta meta no solo se centra en aspectos estéticos, algo muy importante para la sociedad hoy en día, sino para el desarrollo de una mejora de la autoestima personal, pero sobre todo para disfrutar de una salud óptima que nos ayudará, no solo a vivir mucho más tiempo, sino a prevenir de graves enfermedades. En este artículo encontrarás los mejores tratamientos no invasivos para reducir abdomen rápidamente y sin riesgos.
Antes de empezar a explicarte cada uno de los tratamientos es importante que sepas varias cuestiones. La primera de todas, es que este tipo de técnicas no dejan marcas en la piel ni cicatrices, como podría ocurrir, por ejemplo, en la cirugía. La segunda es que, aunque sigas cualquiera de estas técnicas, deberás de seguir una alimentación saludable y hacer algo de ejercicio. Estos dos hábitos, unidos a los tratamientos no invasivos, van a conseguir no solo que te veas con mejor cuerpo, sino que empezarás a llevar una vida saludable, sintiéndote en forma.
Este método consiste en la utilización de un láser que es capaz de penetrar en la piel localizando la grasa que se encuentra en la zona subcutánea. Una vez que ha encontrado la grasa, este lipoláser conseguirá aumentar la temperatura de la misma, hasta alrededor de los 45 grados, según el caso provocando que se desprendan del lugar en el que están y por lo tanto, el cuerpo tenga mayor facilidad para eliminarlas de forma natural.
Lo mejor que tiene este tratamiento es que únicamente actúa sobre la grasa, por lo que, tanto la dermis o la melanina quedan intactas. Por otro lado, las personas que temen ponerse en manos de especialistas ya que piensan que les va a suponer dolor, tienen en este tratamiento otra ventaja, ya que no duele, aunque si es cierto, que la zona en la que se ha trabajado se tiene la misma sensación que cuando tienes agujetas. Las sesiones suelen durar una media hora y para que se vean los efectos, se debe de realizar al menos 5 sesiones.
Si en el anterior tratamiento utilizábamos el calor para eliminar la grasa, en esta ocasión lo que se utiliza son las microvibraciones. Por medio del ultrasonido, se localiza la grasa y se realiza el tratamiento sobre dicha zona, consiguiendo el mismo resultado que el anterior. Estos movimientos consiguen que dejen de estar encapsulados en los nódulos que la retienen, por lo que al pasar al sistema linfático, son eliminados de manera natural. Es un método que no se realiza solo, es decir, que además de esta técnica de ultracavitación se deben hacer cada ciertas sesiones un drenaje linfático o presoterapia para que esta grasa eliminada no se quede en nuestro organismo y pueda ser expulsada favorablemente.
Las sesiones pueden llegar a durar incluso una hora, y se necesitan una media de 12 sesiones para notar los resultados.
En esta ocasión lo que se utiliza son las radiaciones electromagnéticas, y aunque podamos pensar que es dañino para nuestro cuerpo, es todo lo contrario, ya que lo único que utiliza es el campo magnético y eléctrico de nuestro cuerpo para que las moléculas de la grasa se recalienten y por lo tanto puedan desprenderse para que se eliminen por el sistema linfático.
Es importante decir que según la frecuencia que utilicemos se pueden tratar no solo la grasa localizada, sino también mejorar los problemas de celulitis en diferentes grados. Por otro lado, para tener una piel más joven y saneada, estimula la producción del colágeno, proteína que ayuda a dar firmeza a la piel.
Las sesiones durarán una media de 50 minutos y son necesarias al menos 10 sesiones.
Este puede ser uno de los tratamientos menos conocidos ya que no es tan habitual aunque actualmente se realiza en todo el mundo. La carboxiterapia consiste en inyectar Dióxido de Carbono dentro de la piel, exactamente donde se encuentra la grasa, con el fin de estimular la zona tratada, la cual, empezará a incrementar su torrente sanguíneo, dilantándose los vasos sanguíneos y por lo tanto, ayudando a que la grasa circule y pueda ser expulsada (fuente: Wikipedia).
Aunque las sesiones son más cortas, siendo de unos 15 minutos aproximadamente, se necesitan al menos 20 sesiones para tener resultados óptimos.
Posiblemente otro de los métodos más conocidos es la mesoterapia. En este caso también va a consistir en inyectar al paciente una serie de sustancias que conseguirán que la grasa se elimine y movilice.
Para empezar a notar los resultados se deben de tomar al menos 15 sesiones, debiéndose realizar cada semana una o dos. Sin embargo, para seguir con el método, deberás de ir al menos cada 15 días a practicar otra sesión.