¿Tienes las piernas hinchadas o te cansas fácilmente? ¿No sabes por qué sucede esto? La respuesta es en realidad bastante simple: tu sistema circulatorio ha comenzado a sufrir los embates de una vida sedentaria y es hora de tomar cartas en el asunto.
Una buena y una mala noticia
La mala noticia es que las venas, encargadas de retornar la sangre desoxigenada al corazón, han perdido su capacidad de conducir el líquido sanguíneo y en su lugar, se producen estancamientos de sangre en las extremidades inferiores, por ser una de las zonas más alejadas del corazón, y la que más esfuerzo requiere.
La buena noticia es que podemos solucionarlo, o al menos aliviar estas dolencias a través de la práctica constante de deportes. Sin embargo, no todos los deportes son considerados idóneos o efectivos para contrarrestar el efecto de la mala circulación. Hemos consultado a especialistas de varicenter.com, clínica líder en el tratamiento de este tipo de dolencias, y éstas son las interesantes conclusiones que hemos extraído de la charla con ellos.
Deportes eficaces
Algunas modalidades deportivas como el volibol o el baloncesto deben evitarse, pues en ellas se ejecutan saltos y movimientos bruscos que en nada, o bien poco favorecen el reflujo constante de nuestra sangre. De igual manera, el ping-pong o el golf tampoco son recomendables.
En el otro extremo, toda actividad física de tipo aeróbica, es decir que implique el intercambio de oxígeno, contribuirá a favorecer el sistema cardiovascular, reducirá la presión sanguínea y permitirá mejorar la capacidad circulatoria.
En este sentido, la natación, el ciclismo o el footing, son ejemplos claves para fortalecer la potencia de nuestras venas y el sistema circulatorio en sentido general. Además de estos deportes, existen también otros que puedes realizar en un corto tiempo y desde la comodidad de tu hogar.
Ejercicios caseros
Nuestra rutina comienza desde la posición de acostados en el suelo, donde elevaremos las piernas alternadamente hacia el frente en ángulos de 45 grados. Luego de ejecutar unas quince repeticiones de este ejercicio, pasaremos a pedalear con nuestras piernas bien elevadas hacia arriba un igual número de veces.
Seguidamente, descendemos nuestras extremidades a una altura aproximada de diez centímetros sobre el suelo y estiramos nuestros pies hacia el frente para luego flexionarlos hacia el lado contrario. Todo ello un total de veinte veces. Nuevamente, vuelve a elevar las piernas y gíralas a favor de las manecillas del reloj unas diez veces, luego invierte el sentido de rotación y vuelve a ejecutar diez repeticiones.
Cuando termines, permanece con las piernas perpendiculares al suelo y sepáralas pausadamente hasta formar una letra “V” con ellas, retorna a tu posición inicial y repite la rutina de quince a veinte veces. Para finalizar, acerca una rodilla a tu pecho y estira la pierna contraria mientras exhalas todo el aire de tus pulmones, luego inspira suavemente mientras inviertes el orden de tus extremidades.
Consejos finales
Tras concluir la práctica, puedes combinar el efecto reparador del ejercicio con una ducha contrastante de agua fría y caliente, para luego relajar tus piernas manteniéndolas elevadas, o considerar otras soluciones como los masajes especiales que estimulan el drenaje linfático.
Con respecto al calzado diario, este debe ser de tacón mediano, al igual que la ropa cómoda y holgada. El menú de tus comidas deberá poseer la menor cantidad de grasa posible, siendo indispensable la ingesta de alimentos que contengan potasio y vitamina C. Además de todo lo anterior, evita las altas temperaturas y no olvides de hidratarte constantemente durante la realización de estos deportes.