¿Te estás poniendo un poco gordito? Puede que le eches la culpa al tiroides e intentes acelerarlo con un agente metabólico lipolítico. ¡No lo hagas! Jugar con agentes que incrementan los niveles circulantes de hormona tiroidea hasta llegar a subirlos por las nubes, es como jugar con fuego. Y si hay una hormona con la que no debemos nunca jugar, esa es la hormona tiroidea.
Ponte a pensar en estas consecuencias: un número de individuos tuvo trastornos graves en la tiroides después del uso crónico de un suplemento que se vendía como agente de pérdida de peso, y muchos sufrieron fatiga, letargo, pérdida importante de peso y diarrea. El suplemento era en esencia un nuevo fármaco aún no aprobado que contenía la potente hormona tiroidea ácido triiodotiroacético, conocida también como tiratricol, que puede producir consecuencias graves para la salud. Aunque esta sustancia puede hacer que pierdas peso, podrías terminar padeciendo hipotiroidismo, con niveles más bajos de hormona tiroidea que harían que tus células grasas creciesen a toda velocidad.
MANTENIENDO UN PERFIL TIROIDEO SANO
Los problemas auténticos de tiroides tienen que ser tratados por un médico, y es a él a quien debemos acudir si sentimos fatiga, letargo o aumentos y pérdidas inexplicables de peso. Si tenemos una tiroides sana que se ralentiza un poco bajo determinadas condiciones (sobreentrenamiento, falta de comida, etc.), podemos utilizar ciertas estrategias para ayudarla a volver a sus condiciones normales.
Las dos hormonas tiroideas principales, tiroxina (T4) y triiodotironina (T3), están segregadas por la glándula tiroides como respuesta a la hormona estimulante del tiroides (TSH) segregada por la glándula pituitaria. Bajo condiciones fisiológicas normales, gran parte de la actividad de la T4 se debe a su conversión en T3. Por eso algunos científicos consideran a la T4 una prohormona. Pero su exceso puede causar nerviosismo, irritabilidad, inestabilidad emocional e intolerancia al calor. Por lo tanto, nuestro cuerpo debe encontrar un equilibrio u homeostasis donde produzca la justa para mantener un metabolismo normal.
La secreción de STH tiene su propio ritmo circádico, con una cima al comienzo del sueño y un descenso durante el mediodía. Aparte de la ingestión de iodina (que aparece en la sal iodada), nuestra comida no ejerce un impacto importante sobre los niveles normales de tiroides. Pero si una persona no toma suficiente iodina en su dieta, puede padecer bocio, o crecimiento de la glándula tiroides en la base de la garganta.
Sin embargo, hay ciertas condiciones que pueden conducir a una caída de las hormonas tiroideas. Por ejemplo, un estudio efectuado con gemelos idénticos donde uno de ellos entrenó durante 93 días para adquirir resistencia, los investigadores descubrieron que aunque ambos consumieron las mismas calorías y no se modificó el porcentaje de grasa corporal, el gemelo que entrenaba poseía niveles plasmáticos inferiores de hormona tiroidea. Esto, unido a la caída de los niveles de norepinefirina, posiblemente causó el descenso en la tasa metabólica en reposo, ya que estas dos hormonas mantienen el metabolismo elevado. En este caso, la estrategia de compensar el incremento del gasto energético comiendo más, podría haber impedido la caída de los niveles hormonales.
FORMAS IDEALES PARA PERDER GRASA
¿Qué sucede si inducimos un déficit calórico con el propósito de perder grasa? Conseguiremos un descenso en la concentración de hormona tiroidea, pero las gulgulesteronas y los fosfatos pueden ayudarnos a reducir la caída.
La gulgulesterona es un tipo de cetoesteroide aislado de la resina de la planta-Commiphora mukul- nativa de las regiones áridas del Rajastán y Gujerat en la India. En un estudio efectuado en este país, unas ratas con niveles bajos de tiroides recibieron gulgulesterona durante seis días en dosis de 10 miligramos por kilo de peso corporal. El tratamiento de gulgulesterona produjo niveles 62% más elevados de T4 en comparación con los de las ratas que no habían recibido el tratamiento.
Igualmente intrigantes son los efectos de la suplementación de fosfatos sobre los seres humanos que hacen dieta. Un estudio tuvo a 36 mujeres sanas pero obesas (31 a 46 años, con porcentajes de grasa entre el 29 y el 45%) a 1000 calorías diarias durante ocho semanas. Cada una de ellas mantuvo el mismo nivel de actividad del tiempo anterior al estudio.
Un grupo de mujeres recibió fosfatos durante las primeras cuatro semanas, y luego un placebo durante las cuatro semanas siguientes. El otro grupo recibió el placebo primero y los fosfatos después. Durante el período de suplementación de fosfatos, cada paciente tomó seis cápsulas diarias. Cada una contenía 537 mg de fosfato de calcio, 107 de fosfato magnésico, 25 mg de fosfato sódico, con minúsculas cantidades de zinc, cromo y magnesio. Aunque el suplemento de fosfato no favoreció la pérdida de peso, la tasa metabólica en reposo aumentó entre el 12 y el 19% cuando los sujetos lo tomaron para compararlo con el placebo. Parte de esto se debió al hecho de que la caída en los niveles de T3 se reducía con la ingestión de fosfatos.
ESLABON DEL ZINC
Aparte de las gugulesteronas y los fosfatos, el oligoelemento zinc juega un papel importante en modular la función tiroidea. Por ejemplo, los ratones obesos que reciben zinc, no sienten efectos sobre la composición corporal y el T4 solo produjo una pérdida de grasa sin efectos sobre los triglicéridos séricos, pero al combinar el zinc con el T4 si hubo un descenso significativo en la grasa corporal y los triglicéridos séricos.
Yo no recomendaría tomar zinc extra para intentar mejorar los efectos de la función tiroidea; en su lugar procuraría consumir lo suficiente para impedir una deficiencia. Algunos científicos estiman que un tercio de todos los atletas de ambos sexos presentan deficiencias de zinc.
Si intentáis comer menos para perder grasa, el letargo producido puede deberse a la baja de los niveles de hormonas tiroideas. Suplementarse con gugulesterona, fosfatos y zinc podría ayudar a equilibrar esa perdida.
Gugulesterona
¿Qué es? Un cetoesteroide llamado específicamente Gugutesterona-Z
Efectos sobre la tiroides: Incrementa el metabolismo mediante la estimulación de la glándula tiroides.
Dosis común: 750 mg de gulgul (commiphora mukul) normalizado al 10% (ó 75 mg) de gulgulesteronas
Fosfatos
¿Qué es? La sal del ácido fosfórico
Efectos sobre la tiroides: Puede aliviar la bajada de T3
Dosis común: 1,65 gramos, añadidos a la gugulesterona
Zinc
¿Qué es? Un oligoelemento
Efectos sobre la tiroides: Juega un papel importante, aunque no claramente definido, en el metabolismo del tiroides
Dosis común: 15 mg diarios. No hay que excederse en la dosis